jueves, 6 de marzo de 2014

El mundo de las mil conexiones

En un mundo más conectado… Vamos, en el que vivimos ahora, PLENO SIGLO XXI, donde la democracia y el libre mercado son promulgados (aunque en algunos lugares impuestos… ji ji me permito la licencia) como valores base para la creación de mejores estructuras sociales.

¿Hasta qué punto nos encontramos interconectados? Entre rumores, hablando con gente de por aquí y de por allá, vamos haciendo links, he visto que la mayoría de nosotros nos quejamos sobre como la tecnología nos evade y a la vez nos acerca. Esta doble entrada de concepto nos es más bien comprensible y clara:

Primero porque todos adoramos poder comunicarnos de manera directa, a pesar de usar el pretexto “es que así es más fácil quedar”, sabemos que las redes sociales, los smartphones y estos maravillosos utensilios tecnológicos nos permiten dar y recibir información. Obviamente, caemos en la trampa de usarlos más y más, hasta tal punto que a dia de hoy, los smartphones en las mesas de los bares se han convertido, no tan solo en una horrenda moda, sino además en un habito de los más cínico.

Sin embargo, la mayoría de usuarios rebeldes y libres que dicen “La persona que no puede desprenderse de su móvil no te aprecia como amigo” también caen en el sarcasmo de apropiarse de un sistema el cual ha fomentado sus relaciones sociales… Por tanto, vuelven a caer en la misma posición cínica que los anteriores, el extremismo que fomentan las nuevas generaciones “antitecnológicas”, es una posición que lastimosamente… no frenara, no cambiara ni tan solo inmutara los progresos que las grandes empresas (por favor lectores no me acuñéis con capitalismos y bla bla bla…) como Apple, Samsung… entre otras, que intentan hacer.


Entonces, ¿Qué debemos hacer como homos sapiens…? Dejar tu móvil de lado… No hablar teniendo la realidad delante… Incluso podrías intentar mantener una conversación con extraños, algo tan simple como SABER ADECUAR EL CONSUMO QUE TU QUIERES sobre la necesidad que te crean… te lo dice una consumidora empedernida… de todo aquello que llamamos tecnología. No me creo radicalista como Albert Einstein, la tecnología aporta avances, algunos buenos... otros no tan buenos y otros exclusivamente malos, pero no podemos decir que la tecnología supere nuestra humanidad, si una creación del hombre supera la misma humanidad, quizás sea momento de replantearse que clase de especie somos y porque existimos.  

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