lunes, 13 de septiembre de 2010

A caballo regalado, al fin se le miro el diente

Es de verdad, una sociedad de valores...


De valores recogidos de la viña del señor consumismo y la señora riqueza, malos consejeros en el orden de la eloquencia. Y el ser humano quizás duerma bajo doblones de oro, euros como mantas y dolares de almohada, pero no quita el hecho, de que se volvera práctico y mezquino. Pensando en su bien y unicamente en su vanidad, doloroso y triste pues en la infancia nos enseñan lo contrario, nos crian bajo el manto de la humildad y solidaridad.

Al final la humanidad se volverá en un sentido alocado "egoísmo frío", arrojado al consumismo ya que las personas "pretendemos"... Mejor se podría decir que fingimos no querer nada, pero en el fondo nos morimos por la "pasta", el dinero, las joyas y bisuteria.

Entonces cuando una persona regala cartas con letras preciosas ... ¿Qué hacer? Tirar y preguntar ¿Por qué? No nos dió algo de verdadero valor, ropa cara, nombres reconocibles, insesantes y modernos utencilios tecnológicos... O... Entender que es mil veces más importante un texto escrito, un murmullo de ideas, un entre sueño de verdades indiscretas, que fríos diamantes, invencibles y antivejez, jamas significarán.

Más, a lo mejor me equivoco y es mejor que la vida del ser humano se vuelva así: Una obsesión pura y dura por lo "antropoideal" y a esto se le sumará el deseo de ser reconocido, un pequeño famoso, excentrico quizas, esto lo dejo al gusto de mis lectores. Y si algo añado, cuanto mal nos ha hecho la fama, duele pensar que vivimos para la fama que queremos sus cosas, sus prendas y sus noticias, lo deseeamos todo de ellos , sus cuerpos (esbeltas figuras debo agregar) sus riquezas.

¿No es gracioso que hasta por ellos nos cambiamos? Narices, pechos, botox, liposucciones... Cuanto dolor se ha de necesitar para dejar de creer que somos ellos y emprender nuestra vida como nosotros. Diversidad triste ironia que jamas vera luz. Y hasta que al final se le miro el diente al caballo, y la codicia dominó.