Aunque ha pasado muchísimo
tiempo, y no creo que merezca la pena hablar más del tema, todos sabemos que el
GRANDÍSIMO rey del Blues ha muerto, ya sea tempranamente o de manera tardía… The thrill is gone.
Aun recuerdo aquella mañana que
escuchando a mi padre, obviamente con su guitarreo mañanero, me enseño todos
los grandes guitarristas… Quizás no le haga justicia con todo lo que diré, pero
esa mañana (fue en un mes de Junio) realmente comprendí lo que era hacer hablar
a un instrumento. El saber tocar las cuerdas y transmitir los sentimientos al
mismo tiempo, es una cosa de práctica, de experiencia, de concentración y
sobretodo de amor, amor por lo que haces, por como lo haces y hacia quien lo
transmites.
Todos los que me conocen saben
que me encanta la música, que sin ella, no es que me muera, pero la vida me
parece más aburrida, porque todo en ella es música, son ritmos, son notas, son
singulares momentos de inexorable embriaguez.
Y aquella mañana, millones de guitarras me hablaron, danzando entre mis
orejas. Fue uno de los momentos que me marcaron, el festival de Crossroads, la
canción Rock me baby interpretada por
4 de las mejores guitarras (Eric Clapton, Buddy Guy, B.B. King, Jimmie Vaughan)
del mundo fue lo único necesario para que este instrumento me llenara el alma
(Este es el video)
Aunque todo esto suene a una Oda
a la guitarra, mi meta con este artículo es que nos demos cuenta lo
increíblemente hermoso que es cuando la mejor versión de cada una de las
personas se encuentran en un momento determinado. La poesía que pueden crear
los seres humanos, si tan solo confían en su sueño, para mí, todo eso inspira
B.B. King, una persona que junto a su inmenso don para la crear arte se combina
un afable gusto por la sonrisa y la felicidad.
En conclusión, solo quiero
presentar mis respetos, celebrar sus logros y ante todo hacer eterna su música,
que fue el mejor regalo que este hombre pudo hacer. Su mejor versión fue vista
y será recordada en el género.
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